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Nuestra Historia

   Más de 200 Años de Experiencia en el Estudio
de la Tierra y en la Elaboración de Vino 

La precisa localización de la tierra en Dicastillo y Estella enmarcan un lugar paisajístico y de riqueza natural dentro de Navarra, donde se ubica un enclave bodeguero de difícil comparación.

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Con una larga tradición familiar en Dicastillo en el cultivo de viñedos y olivares que se remontan hasta el siglo XIV, la familia Valerio elaboraba en su propia bodega la creación de una marca y de una empresa dirigida a la creación de vinos y de aceites de alta calidad.

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La base es biodinámica y con proyección benedictina. La necesidad de hacer agricultura de excelencia, poco intervencionista, obteniendo los mejores resultados en la línea de la filosofía biodinámica.

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La filosofía de cultivo consiste en una agricultura de estudio y de observación, de tal modo que nuestras viñas, por su antigüedad, por sus emplazamientos, son ecosistemas muy frágiles. No es fácil preservar el terroir sin un esfuerzo continuo de observación sobre el ecosistema, y de estudio histórico, edafológico, sobre él mismo, así como una reformulación continua de nuestras técnicas de cultivo.

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Se trata de preservar la biodiversidad frente a un monocultivo. Ha sido necesario una compartimentación del paisaje entre los valores

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históricos del viñedo, del olivar, del cereal y de la ganadería, absolutamente necesaria para la fertilización y la rotación de cultivos y la vinificación de la tierra.

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El mantenimiento de nuestra diversidad genética, cuidando el rico patrimonio genético de nuestros viñedos y olivares, preservando en plantaciones nuevas los criterios de selección masal, manteniendo los setos naturales y la biodiversidad, la cubierta vegetal y las formas tradicionales de plantación en vaso y en baja densidad. Una agricultura tradicional, artesana y escasamente mecanizada, con vendimias manuales.

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El respeto al paisaje, a los ciclos de la naturaleza, a una sucesión armoniosa de viñedos, olivares, campos de cereal, campos de plantas aromáticas es esencial a nuestra visión de la agricultura. Y la integración en este paisaje de edificios integrados en su entorno, biosostenibles, de valor arquitectónico en cuanto enraizados en una cultura, constituye otro elemento de valorización de nuestro esfuerzo.

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Todo ello para conseguir un conjunto de aproximadamente 40 ha. de viñedo, y 15 ha. de olivares distribuidas en un conjunto de alrededor de unas setenta pequeñas parcelas por las laderas del Montejurra en la Tierra de Estella en el antiguo Reyno de Navarra. Siendo para todo ello esencial las características geológicas y bioclimáticas de cada una y preservando su biodiversidad.

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